Él

Siempre seré esta soñadora, esta que algunos llaman loca, que no se detiene. No dejo de sentir, de emocionarme y de hablar de eso que todos ven tan incansable en este punto de mi vida, el amor. Yo también lo veo infinitamente lejano, como si caminara en el desierto, y de pronto encuentro agua a lo lejos, me emociono, y con lo poco que queda de mi energía corro para alcanzarla y conforme avanzo se aleja, doy todo de mí demasiado rápido, me desgasto, me voy quedando sin energías, y cuando al fin parece que la tengo y podré saciar mi sed, se desvanece, se va y resulta que no era más que arena. Así voy, buscando saciar esta sed interminable, esta esperanza de encontrar el amor, ese que alguna vez soñé, fue tan real, que es probable que por eso insista tanto en escribir de él. Cada día que pasa lo veo más lejano, cada mes, cada año, no encuentro manera de desistir en esta búsqueda y es que en realidad no busco, sólo quiero que me encuentre, pero parece que cuando menos lo espero y creo que al fin él sólito me ha encontrado, no, pues resulta que se ha equivocado. Es chistoso porque se equivocó incluso hasta cuando me lo juraron, “pues fíjate que siempre no”, pero esa ya es otra canción, aquí todo apunta a que no debería ni de querer encontrarlo, pero es que de verdad nunca me lo han presentado. Tal vez estoy ciega, me lo han dicho muchas veces, que no veo claro y esas cosas, pero todos te dicen cosas buenas y no entiendes entonces ¿porque algo tan hermosamente complicado no puede llegar a ti? Por el amor desnudaré mi alma, escribiré mil poemas, dejaré vacío mi corazón, para que sepan quienes hablan, que yo nunca dejé de creer en él… el amor.